miércoles, 23 de febrero de 2011

Capitulo 5 - Arreglando un corazón

Amanece en Barcelona. Mañana fría, cielo oscuro, plomizo y no ha parado de llover desde ayer noche.

Marcos se despierta con el sonido del viento que hace temblar las ventas de su dormitorio, un dormitorio que estaba frío, más frío que nunca: ella no ha pasado la noche allí. Los colores de la habitación parecían haberse apagado un poco más.
Marcos se levanta y mira su móvil, nada nuevo.

Al levantarse de la cama, todo le daba vueltas, eso de cenar solo whisky no debía de sentarle nada bien. A estas alturas eso poco le importaba, por más que intentara ahogar sus penas en alcohol, no había forma de borrar su recuerdo. “Se ha ido. No me queda otra que aceptarlo.”

Se mete en la ducha pensando que el agua le ayudará a aclarar sus ideas. Pero lo que sale de la ducha no es agua, sino recuerdos que ahora carecían de sentido alguno.
Habían pasado ya dos semanas desde que se marchó. En todo este tiempo solo había sacado una cosa en conclusión: Eva era más imprescindible en su vida de lo que él podía llegar a pensar.

Curiosamente cuando el amor empieza y termina, los  primeros días en ambas situaciones son realmente parecidos: no haces más que pensar en la otra persona, esa persona se convierte involuntariamente en eso que necesitas para respirar y curiosamente te pegas al teléfono horas y horas.

Hacía mucho tiempo que no salía de casa sin ella, prácticamente vivían juntos en aquél pequeño ático. Pero, aunque cada rincón  de la ciudad le recordase a ella, tarde o temprano tendría que salir. Luís lo sabía, y por eso decidió llamarlo.

Suena el teléfono. Es Luís. Tarda en contestar… No tenía ganas de hablar.
- ¿Sí?
+ Tío, ya te vale desaparecer dos semanas.
- Ya, es que…
+ ¡No, es que nada! Joder, entiendo que lo estés pasando mal, pero el estudio es de los dos y estoy de trabajo hasta arriba. Aprende a vivir con ello. Hay cosas peores en esta vida, tío.
- Lo sé, y lo siento.
+ Ya, lo sabes…siempre dices lo mismo pero no pones nada de tu parte, nunca lo haces. Jamás cambiarás. Siempre esperando a que te solucionen los problemas…
- Luís, para ya por favor…
+…en vez de afrontarlos y acabar con ellos…
- ¡Se acabó Luís!
+ Eres un cobarde tío. En serio, me decepcionas…
- ¡Cállate! No tienes ni puta idea de lo que siento. Pero claro, cómo lo vas a saber, si nunca has querido a nadie, eres un egoísta…un maldito egoísta…
+ ¿Sabes qué? Mejor quédate en tu casa llorando.

Cuelga. Bien. Lo que le faltaba. Ahora encima escenita con Luís. Se habían dicho cosas muy feas... aunque ahora mismo eso era lo que menos le importaba. Tenía la cabeza como un bombo. Sólo quería despejarse. Necesitaba despejarse.

Se puso su camiseta vieja de los Stones y aquellos vaqueros tan desgastados. Cogió sus llaves y apagó su móvil. No quería saber nada del mundo.

Salió a la calle y empezó a andar.

Barcelona es una ciudad inmensa. Era fácil perderse, y eso mismo pretendía Marcos. Perderse, perderse entre la multitud.

Y sin saber cómo, ni tampoco querría preguntárselo, acabó en un parque. Y no en un parque cualquiera. Era ése parque. Su parque. Con ese maldito pórtico y con todas esas hojas esparcidas por el suelo, típico de una mañana de otoño.
Los recuerdos lo invadieron y no pudo contener las lágrimas. Se sentó en un banco y se dejó llorar. Hasta que no lloró más.

Entonces, lo entendió.

Supo que la vida pasaba, y que la estaba dejando escapar… No se puede vivir aferrado al pasado, hay que vivir el presente y afrontar la vida como llega. Al fin y al cabo, de eso trata el juego.

Y es que el único remedio de curar un corazón roto, es el tiempo.


No existen medicinas para ese mal. No hay médico que lo cure, ni remedios que lo aplaquen. Simplemente, un día, cuando menos lo esperas, consigues desconectarte de esa persona…Verla y no sentir ese cosquilleo, hablar con ella y no ponerte nervioso.

Simplemente un día…

miércoles, 2 de febrero de 2011

Capitulo 4 - Lo que la orquesta no oyó esa noche.


Eva no sabe que hacer, ni como actuar, se queda paralizada delante de la puerta del restaurante…
- Échese a un lado por favor- le dice un señor mayor agarrado de su esposa.

La petición del anciano la apartó de sus pensamientos. Respira hondo, y entra en el restaurante. El mettre sale a recibirla.
- Buenas noches señorita, ¿espera a alguien o ha venido sola?
+ Eh…espero a alguien. Creo que tengo una mesa reservada. A nombre de Marcos Villalba.
- Sí, aquí está- contesta el mettre, tachando el nombre de su lista. – Acompáñeme, le están esperando.

El mettre la acompaña a través del lujoso restaurante. Normalmente, cada vez que Marcos le había llevado a este restaurante había sido por motivos de celebración: su cambio de curso, la inauguración del estudio…por eso se sentía tan extraña y fuera de lugar.
[…]

Marcos estaba sentado en la mesa cuando la vio llegar: radiante, guapa como ella sólo sabe; con esa jodida capacidad de hacerle sonreír como un verdadero idiota. “Es curioso”, pensó mientras se levantaba. En otras circunstancias, se había quedado embobado mirándola sin saber que decir…la diferencia es que, tras ese maldito mensaje, esa magia que envolvía todas sus citas parecía haber desaparecido.

- Hola. Estás muy guapa- le dice con voz temblorosa.
+ Tu también. – se funden en un gélido beso. – ¿Nos sentamos?
- Sí.
+ ¿Qué tal el trabajo? - pregunta Eva para suavizar el ambiente.
- Bien…pero supongo que no es del trabajo de lo que querías hablarme- responde fríamente.
+ ¿Recuerdas cuál era mi sueño?
- Mmm… ¿Terminar la carrera en el extranjero?
Ella asiente con la cabeza. Se quedan mirándose durante un intenso instante. Entonces él lo comprendió todo.
- Entonces… ¿te vas?
+ No lo sé Marcos, todo es tan complicado…
- Espera. No contestes aún, mejor demos un paseo.

Se ponen los abrigos y abandonan el restaurante. Estaba empezando a llover. Eva saca su paraguas y juntos empiezan a caminar.
Al principio nadie dice nada. Ninguno sabe qué decir. Llegan al Güel, ese parque que tanto gusta a Eva. Se refugian bajo un pórtico en el que tocan los domingos la orquesta local. Se quedan mirándose. Es Marcos quien rompe el silencio:
- Bueno, supongo que no tiene sentido seguir aplazando esto…
+ Sí.
- ¿Qué piensas hacer?
+ No sé Marcos…es mi sueño, pero por otro lado, no quiero alejarme de ti, de tu mundo…de nuestro mundo.
- No te voy…no puedo pedirte que te quedes, pero tampoco te pediré que te vayas. Es tu sueño, pero no quiero ser yo quien te impida realizarlo- los ojos de Marcos empiezan a llenarse de lágrimas y su voz deja notar la tristeza que siente por dentro.

+ ¿Quieres una respuesta?- Y le besa, le besa como nunca antes lo había hecho, beso tierno, beso apasionado, salado por el sabor de las lágrimas, beso inolvidable, un beso que cambiaría sus vidas, un beso que iba sonando a despedida…
+ Lo siento, el vuelo sale el lunes.

  Berlín es demasiado fría en Noviembre, a Eva le costaría adaptarse al clima, pero aún más a la soledad. Quién sabe que se le pasaría a Marcos por la cabeza en estos cinco días.

lunes, 31 de enero de 2011

Capitulo 3 - ¿Un chico ó un sueño?


Eva acababa de enviar un mensaje. Tenía aún los ojos llorosos y las manos le temblaban. Todo había sido tan de repente...
Se supone que una alumna tan brillante como ella tendría que estar estudiando para su examen de Antropología, pero ahora eso poco importaba. Llamaría a Laura para que mañana no la recogiese para ir a la facultad.
[...]

Marcos se quedó paralizado, temblando, a nadie le gusta oír el horror de un "Tenemos que hablar". Decide no llamarla, no agobiarla demasiado, serían solo alucinaciones suyas. Solo contesta con otro sms: "Nos vemos en nuestro asador de las Ramblas a las nueve y media, no me falles...".
[...]

Laura, preocupada, decide llamar a Eva: era muy extraño que Eva faltara a sus practicas en la universidad, ahora que están cerca los exámenes. Son amigas desde el instituto, y tras todo lo que habían pasado juntas no podría soportar que nada inquietara a su amiga. Con tan solo quince años se prometieron no faltarse nunca y no iban a fallarse ahora. Coge el teléfono y marca el numero de su amiga:
- ¿Sí? - contesta con voz temblorosa.
+ ¿Que te pasa?
- ¿A mí?, nada...
+ No hagas que me enfade. Cuéntamelo todo -añade Laura, tajante.
- Me la han dado, nunca pensé que lo harían, la cuestión es que lo han hecho y no se que hacer -responde Eva histérica.
+ ¿Pero el qué?, relájate y habla más despacio, ¿que es lo que te han dado?.
- Mi Erasmus para Alemania: estaré todo un año fuera. Justo ahora Lauri, justo ahora...
+ ¿Que me dices? ¿y eso es motivo de tristeza?, !tendrías que estar dando saltos de alegría!
- Marcos, Laura, ese es el problema...
+ ¿Que pasa con el?
- No puedo soportar la idea de separarme de él...
+ No seas exagerada Eva
- ¿Tu podrías alejarte de tu mundo?, porque yo no.
+ Pero Eva, tampoco lleváis tanto tiempo juntos...
- El suficiente para que sea imprescindible en mi vida. No puedo hacerme a la idea de estar un año entero sin él, no puedo Laura, no puedo...
+ ¿Vas a renunciar a una beca por un hombre?- La voz de Laura sonaba amenazante.

Laura no entendía estas "ñoñeces". Había pasado una infancia muy difícil, sin padre, lo que le había obligado a madurar a corta edad y a endurecer su corazón: no entendía que se renunciase a un sueño por ningún chico.

- No se tía, no se, ahora mismo estoy hecha un lío.
+ Te voy a dar un consejo, que se que lo necesitas: relájate, date una buena ducha, despéjate y en un hora paso a recogerte a tomar uno de nuestros mega-helados de chocolate.
- No se tía, no quiero rallarte con mis mierdas.
+ No seas imbécil, sabes que nuestras quedadas siempre te hacen sentir mejor.
- Pero...
+ Te recojo a las 6. Te doy un toque y bajas. -Cuelga sin pensárselo dos veces.

Le había dejado con la palabra en la boca. Laura y sus órdenes. Sabía que no podría hacerla cambiar de idea, tendría que aceptar su oferta.
Una hora después, Eva, se encuentra sentada en el asiento delantero del Seat Ibiza de su amiga. Esta quedada cumplió el propósito que Laura tenía: hacer olvidar a su amiga todos los problemas.
Ríen, bromean, recuerdan viejos momentos... El problema fue que, al llegar a casa, todos los problemas que creía olvidados, volvieron a su cabeza como un martillazo. Queda solo hora y media, para su cita con Marcos, no podía llegar tarde.
[...]


Marcos aparcó su coche dos calles mas abajo, aun quedan 10 minutos para que Eva llegue. En estos momentos su corazón late más deprisa que nunca. Aunque no quisiera, el mensaje de Eva le había dejado preocupado toda la tarde.




Entra en el restaurante, elegante, como siempre. La cena era lo de menos, un simple excusa para sentarse hablar de lo más importante, su relación.

viernes, 28 de enero de 2011

Capitulo 2 - La historia de sus vidas...

A la mañana siguiente, Eva estaba feliz, lo de anoche fue maravilloso, él en general lo es.
Marcos se había levantado hace un rato, estaba en la cocina preparando el desayuno.

- No sabía que también hacías desayunos- Le abraza y juega con él.
+ Vuelve a la cama y tapate, esta está casi listo- Le responde mientras termina de exprimir el zumo.
- Déjame ayudarte, anda.
+ Sabes que en la cocina mando yo. ! Es mi territorio ! Además, ya hiciste suficiente anoche....- Le lanza una mirada burlona.
- ! Tonto ! - suspira ella mientras le golpea el brazo-. Dime que hoy no tienes que marcharte...
+ Mmm, hoy es jueves así que a las 4 entro a trabajar.
- ! Jooooo ! ¿ No puedes hacer una excepción hoy ?
+ Sabes que la haría, pero hoy tengo que cubrir a Luis que no va a poder ir...de todas formas tengo casi todo el día para tí.
- Llámame después cuando salgas y vamos a cenar.
+ Trato hecho, reservaré yo el sitio- Mientras la empuja a la cama y la sienta-.
Esto es para tí - Y le enseña el desayuno continental que le ha preparado. Fresas con nata, Zumo, Tostadas, Mermelada...todo hecho con amor como a Marcos le gusta.

Los ojos de Eva hacían chiribitas, allá como el prisionero cuando salió de la caverna en la mitología platónica.

- ¿ Puedo incluirte a tí en el desayuno ?
[...]



Marcos era fotógrafo, y regentaba un pequeño estudio junto con su amigo Luis. Su especialidad era la foto paisajística, y tras varios trabajos tenía ya cierto prestigio nacional.
Antes de recibir el mensaje, se encontraba inmerso en una edición de fotos de la Sagrada Familia.

Bip Bip
Marcos revisa su móvil. "1 mensaje nuevo".
Jamás pensó que ese mensaje sería tan importante.

Capitulo 1 - Deja que te cuente...

Ella salió del examen, agitada, nerviosa y aun con el miedo en el cuerpo. sabe que le ha faltado algo por hacer, pero no el que.
Cuando enciende su móvil tiene un mensaje y una llamada perdida. -"¿Vienes a casa?, te invito a cenar"
Ella no puede negarse después del sufrimiento de esta tarde y de las ganas que tiene de verle.
-"Acabo de salir, voy enseguida ^.^" - ella contesta.

Saca las llaves de su Citroen C3 color mar y se abrocha el cinturón. Conduce despacio, se deja llevar por la música que sale de su radio, aunque el tráfico de esa hora sea mortal escuchar música la relaja, aun así, llegará mas tarde de lo normal.
-"Llegaré un poco más tarde, a la gente de esta ciudad les encanta aparcar en doble fila". - teclea en su motorolla.
-"No te preocupes, la cena aun no está lista". - contesta él enseguida.

Semáforo tras semáforo, cruce tras cruce, avanza y llega a casa de Marcos. Lleva puesta su camisa favorita, la que ella le regaló, con unos vaqueros claros y sus reebok's classic que no podrían faltar. Ella llevaba su sudadera rosa. Su favorita y la que le da tanta suerte. Lástima que no hubiera podido arreglarse más, pero es que la idea de verlo enseguida primaba más que cualquier ropa que pudiera llevar.

- Creí que no llegarías nunca.
+ Ya. es que...
- Lo sé. diste dos vueltas a la avenida del parque. Sé que te encanta ese dichoso trozo de selva...y más ahora en otoño. - Ella le da un golpe en el brazo y le dedica una fantástica mueca. Él por el contrario le roba un beso.
+ ! No te metas con mi parque! Sabes que para mí es como un oasis en medio de esta ciudad...algo así como !nuestro paraíso!- Ambos sonríen.
- !Venga Eva, la cena se enfría. - Le ha preparado algo que sabe que le encanta. Salmón al horno y roquefort, la mezcla perfecta.

Eva sabe lo importante que es esta noche para ellos, sin complicaciones, y al haber terminado el examen final de Psicología de tercero... 
 es una brillante alumna, pero ni aun
 terminando una carrera tan compleja 
como la suya, es capaz de comprender 
cómo se puede estar tan loca por alguien...